
Ahora imagina que tu pandilla empieza a expandirse. Un amigo trae a otro y este a otro más, y luego es el amigo de un amigo que trae una pandilla de otro pueblo que a su vez conoce a otros 200 tipos de un pueblo cercano que.... en fin, que tu "pandilla" (si es que ahora se le puede llamar así) ahora tiene cientos de miles de integrantes, el 99% de los cuales ni siquiera has visto una vez en tu vida. De nuevo los planes se someten a votación... y el más votado se llevará a cabo. Bienvenido a la Democracia Moderna. Lo que ocurre ahora es que lo que decida la mayoría ya no tiene un peso empático en ti. La decisión de esa masa de gente la ves como algo muy ajeno, y si no estás de acuerdo con ello no hay un "son mis chicos" o "es mi comunidad" que te consuele. Solo queda bajar la cabeza y asentir. O eso o salir a la calle a gritar mientras los desconocidos te miran desde las ventanas de sus casas mientras te llaman "loco" o "reaccionario". Eso si no mandan a una cuadrilla de desconocidos a que te den una somanta de porrazos... De repente te sientes en una posición muy parecida al inicio de este cuento. Hay algo ajeno a ti que decidirá por ti para siempre. Antes el líder que lo decidía todo era un colega tuyo... ahora ni siquiera eso... el "líder" es una masa de desconocidos que podrían enviarte a una guerra o hacerte cómplice de cualquier injusticia. Esto es la llamada Dictadura de la Mayoría. Lo peor de todo esto es que en el Sistema hay trampa: las masas son volubles... y fácilmente manipulables. Y esto quiere decir que con un buen programa propagandístico y unos medios de comunicación dispuestos a consentirlo, unos "pocos" de esa mayoría pueden manipular las opiniones y decisiones del resto. ¡Madre mía! ¿A dónde hemos llegado? De repente lo que al principio parecía un sueño se ha convertido en una pesadilla. Y además tienes un problema gordo, porque si alzas tu voz contra el Sistema, los "pocos" que llevan el cotarro y se lucran a base de manipular al resto no van a decir que gritas contra una pesadilla, sino que dirán que luchas contra un sueño, y hasta tendrán las pelotas de mencionar a Pericles o a los atenienses en los insultos que te lancen. Así, vagaras por las calles incomprendido, bajo la mirada de atónitos desconocidos, que sonríen a tu paso como el que acaba de ver a un tarado. Y luego girarán de nuevo su rostro hacia la tele, y seguirán impregnándose de esa propaganda que les hará creer que realmente sus opiniones personales pesan en las decisiones del conjunto... cuando la trampa está en en que ya no hay "opiniones personales", las opiniones te las han ido inculcando desde niño... en el cole, en la tele, en las películas, en los periódicos, los telediarios... ya no eres dueño de lo que piensas... sólo un loro que repite lo que le han enseñado a pensar.
Pero volvamos nuestras miradas atrás. A lo largo del siglo XV los otomanos expandían sus dominios en Oriente. Su avance por Europa Oriental hacia el Peloponeso produjo un éxodo masivo de ciudadanos griegos, y muchos de ellos llegaron a la toscana italiana impregnados de la cultura clásica que creíamos perdida. Italia en esa época estaba disgregada en pequeñas ciudades estado, a diferencia del resto de Europa, un collage de vastos territorios bajo el yugo de reyes y nobles de un feudalismo ya rancio. Que gran coincidencia: griegos y sus conocimientos y, de nuevo, ciudades estado. A lo largo del siglo XV los habitantes de la península itálica abrazaron de nuevo la cultura y el pensamiento de la Grecia clásica, de esa Grecia de la que hablamos al principio de este cuento. Todo estaba listo para el resurgir de un antiguo sueño, y que mejor nombre para ello que "El Renacimiento". Y ahora pongamos nuestras miradas en el presente. Internet ha provocado que las personas abandonen el aislamiento de la sociedad capitalista y vuelvan a hablar entre sí, y a compartir sus opiniones a miles de kilómetros de distancia, y a sentirse parte de grupos y comunidades. Que bonita esa palabra: Comunidad. Y es en estas comunidades donde se grita con fuerza que la Democracia que nos han vendido es un fraude. Por supuesto, los que lo gobiernan todo tiemblan... tiemblan en el Magreb, en Sol, en Manhattan y en Moscú. Tiemblan porque las trampas de un mentiroso tienen fecha de caducidad, y este Sistema corrupto también. ¿Quien sabe? Con suerte algún día podamos decir que en los siglos XV y XVI hubo un primer Renacimiento de carácter artístico, y en el XXI otro Renacimiento... político y social. Soñar, incluso en este Sistema donde sólo vale el dinero, es gratis.
Quedaos con esta cita de Thomas Jefferson: "La democracia no es más que el gobierno de las masas, donde un 51% de la gente puede lanzar por la borda los derechos del otro 49% ".